miércoles, 18 de noviembre de 2009

MANUEL ARCHS 1859-1894

Esta es la carta que escribió Manuel Archs a su hijo un día antes de ser fusilado, por ser acusado del atentado de Liceo. Ese día estaba en el gallinero del Liceo, y le costo la vida.

"Querido hijo. Lee con atención estas mal trazadas líneas de tu padre, dentro de poco no seré más que lo que era antes de nacer, materia, polvo, gases, nada. Saldaré la cuenta que tengo pendiente con la Naturaleza desde el día que nací. Habrá, sí, la particularidad de que no sea la Naturaleza quien me quite la vida que ella me dio, me la quitan las preocupaciones y las infamias de los hombres, la astucia y crueldad de la infame burguesía, que, no contenta con haber explotado hasta hoy mis fuerzas físicas, de haber intentado más de una vez inutilizarme moralmente, trata de acabar en absoluto con mi "yo". La burguesía de Barcelona ha intentado varias veces concluir conmigo; pero como el carácter de tu padre no se rompe ni se dobla, ha inventado una trama indigna contra mí, valiéndose de tormentos inquisitoriales, para hacer declarar lo que se ha querido a infelices obreros. Hijo mío, con nosotros se ha usado un procedimiento absurdo; tan absurdo, que no atrevieron a juzgarnos en presencia del público como lo hacen los tribunales cuando creen que la razón está de su parte. Se constituyó el consejo sin aviso previo; sin permitir la entrada a nadie. Con nosotros se va a cometer un asesinato.
Sabe, también, que tu padre morirá contento, convencido de que si en vida ha puesto sus facultades en defensa de una idea grande y justa, su muerte y la de sus compañeros servirá para hacer patentes los crímenes que las autoridades cometen a espaldas de la ley.
Puede que mañana alguien te diga que tu padre fue un criminal y hasta puede haber quien me califique de loco. Diles y diles en voz alta que fue inocente del crimen que se le imputó; que se me mató por ser anarquista y propagar una idea que creo noble y justa, sin que nadie se me haya presentado a demostrar lo contrario, a pesar de que siempre admití controversias.
A los que digan que fue un loco, diles que locos han sido todos los defensores de las ideas modernas y de las primeras teorías científicas que después el tiempo ha admitido como verdades inconcusas.
Al mismo tiempo te suplico estudies la idea anarquista, cuando para ello tengas conocimiento. Compárala con las otras y creo te convencerás que son las que están llamadas a emancipar al mundo de tanto antagonismo imperante y de tantas injusticias como reinan.
Las ideas anarquistas tienen por base la libertad y el amor, dejando a disposición de todos los individuos todo cuanto la Naturaleza produzca y todo cuanto la inteligencia humana fabrique.
Una vez comprendan los hombres nuestras justas doctrinas, se apresurarán, a implantarlas como medio de regeneración humana y como premio a tantos siglos de sufrimiento.
Así lo comprenderás tú y espero no te amilane el fin de tu padre; antes al contrario, que te sirva de estímulo y de móvil para difundir, por todas partes, los principios a los cuales ofrezco mi vida como antes les ofrecí mi escasa inteligencia. Muere como tu padre si es preciso, pero sé útil a tus semejantes y pon tu grano de arena a la obra de la emancipación del proletariado.
Te encargo también veles constantemente por tu hermana, dándole toda la instrucción que te sea posible, apartándola, principalmente, del fanatismo religioso, por ser el obstáculo mayor que se opone al progreso.
Con ayuda de vuestra madre querida, haz de tu hermana una mujer útil a la humanidad y que con el tiempo sea hoy buena hija y buena hermana, mañana buena compañera y buena madre.
Muero convencido de que así lo harás, como muero convencido de que siempre cumplí con mi deber.
¡Viva la humanidad libre!
¡Viva el Progreso!
¡Hurra por la Anarquía!.

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