viernes, 15 de enero de 2010
CERDO ENTRE LOS CERDOS
"No creo en Dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Todos nuestros enemigos son mortales
Publicar un comentario