viernes, 13 de agosto de 2010

Neandertales, la familia perdida




El Instituto alemán Max Planck divulga los estudios que muestran los vínculos genéticos entre la especie desaparecida y el hombre moderno tuvieron descendencia común

Oviedo, M. S. MARQUÉS

Primero supimos que habíamos coincidido en un corto espacio de tiempo, después que podíamos tener sus genes. Ahora los últimos estudios avanzan que el hombre de neandertal, la especie que vivió en la falda del Sueve hace 50.000 años y que se extinguió hace 30.000, tuvo descendencia con el Homo sapiens, es decir, con nuestros antepasados.

Ante este hallazgo algunos ya anuncian que todos somos neandertales. Verlo así quizá sea ir demasiado lejos, pero un reciente estudio del Instituto Max Planck de Leipzig (Alemania) que publica la revista «P.M. Magazin» sostiene que neandertales y hombres modernos convivieron y tuvieron descendencia. La publicación se hace eco de una investigación iniciada hace cuatro años por el Instituto alemán en la que tuvieron un protagonismo destacado los fósiles de la cueva del Sidrón (Piloña).

El estudio, desarrollado por expertos en evolución antropológica liderados por el genetista paleontólogo Svante Pääbo, se realizó con fósiles de la cueva croata de Vindija a los que se sumaron los asturianos junto con otros de Rusia y Alemania. Se trataba de descifrar el genoma completo del Neandertal, lo que una vez conseguido permitió comprobar que el hombre moderno euroasiático comparte entre un uno y un cuatro por ciento de su ADN con los neandertales, con los que debió de cruzarse en el Próximo Oriente tras su salida de África.

Para los investigadores, los ciudadanos que hoy recorren las calles de toda Europa comparten la genética de aquella especie de aspecto robusto que se creía desaparecida sin que se conocieran a ciencia cierta las causas de su extinción. Ahora, los resultados apuntan que no hubo tal desaparición porque el cruce genético con los sapiens nos convierte en sus descendientes. «Es seguro que tuvimos hijos con los neandertales», declara Gerd Schmitz, del equipo de investigación del Instituto Max-Planck de Leipzig.

El grupo de Svante Pääbo presentó hace algunos meses los resultados del borrador genómico del Neandertal, adelantando que se habían llegado a secuenciar más de 5.000 millones de bases de ADN, tomando como material de partida muestras óseas de seis neandertales, entre ellos dos mujeres del yacimiento del Sidrón.

La mayor parte del material procedía de la cueva de Vindija, en Croacia, de donde se utilizaron los restos de tres neandertales. Se emplearon muestras de un yacimiento en Mezmaiskaya, en el sur de Rusia, y el esqueleto de 40.000 años de antigüedad hallado en el valle de Neander (Alemania), que dio nombre a la especie.

También se pudo apreciar que el momento de contacto entre las dos especies se produjo entre hace 80.000 y 50.000 años.

Fuente: La Nueva España

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